Ir al contenido
  • Inicio
  • Parroquia
    • Historia
    • Fotos
    • Carteles
  • Actividades
    • Aliatar
    • La semilla
    • Grupos Parroquiales
      • Pastoral Juvenil
    • Horarios
    • Fotos Actividades
  • Oración
    • El palmeral
    • Imagen del día
    • Evangelio del día
    • Santoral
    • 3 minutos con Dios
    • María
    • Libros
    • Cancionero
  • Enlaces
  • Contacto
Menú
  • Inicio
  • Parroquia
    • Historia
    • Fotos
    • Carteles
  • Actividades
    • Aliatar
    • La semilla
    • Grupos Parroquiales
      • Pastoral Juvenil
    • Horarios
    • Fotos Actividades
  • Oración
    • El palmeral
    • Imagen del día
    • Evangelio del día
    • Santoral
    • 3 minutos con Dios
    • María
    • Libros
    • Cancionero
  • Enlaces
  • Contacto
Buscar
Cerrar

Parroquia

Nuestra Señora del Carmen (Málaga)

Palmera

150

Volvemos a plantar palmeras... Queridos amigos de las palmeras: Paz y Bien. Después de un largo tiempo de desierto, comenzamos a plantar palmeras, una cada semana. Queremos un oasis con ciento cincuenta palmeras, como el número de salmos. Volvemos a sentarnos en el oasis, a la sombra, para leer historias que no sabemos si han sucedido o solamente son sueños...comenzamos esta etapa del Palmeral de los Sueños, aprendiendo historias para vivir los sueños. Un abrazo, José Manuel
Una Historia de Fe

Palmera 150

Queridos amigos: Paz y Bien

Con esta Palmera 150, terminamos el Oasis que comenzamos a plantar hace unos años…queríamos que fueran ciento cincuenta, el mismo número de salmos con los que rezamos judíos y cristianos. Los Salmos también son historias con las que nos sentimos identificados, son como las sombras de las palmeras en el desierto que vamos atravesando.

Doy las gracias en nombre de todos los que habéis pensado y orado con las Palmeras, a los que habéis plantado, semana tras semana en El Palmeral de los Sueños; ha sido un trabajo silencioso y anónimo, pero en el corazón del oasis están escritos vuestros nombres.

Este Palmeral de los Sueños, os espera siempre, para disfrutar de las historias, que cada Palmera os puede contar…quizá debajo de alguna nos encontremos.

Un abrazo,

José Manuel

El Palmeral

Haz clic en la Palmera que quieras leer. Iremos añadiendo las que todavía no están disponibles.

12345678910
11121314151617181920
21222324252627282930
31323334353637383940
41424344454647484950
51525354555657585960
61626364656667686970
71727374757677787980
81828384858687888990
919293949596979899100
101102103104105106107108109110
111112113114115116117118119120
121122123124125126127128129130
131132133134135136137138139140
141142143144145146147148149150

Una Historia de Fe

Había una vez un burro que no tenía más que piel y huesos. Sus amos anteriores no le habían tratado bien, pero ahora que llevaba a una joven pareja a Belén sentía que las cosas mejoraban. Sus nuevos amos le daban de comer, le abrevaban y comenzó a experimentar una sensación de paz y de alegría y, aunque no podía explicarlo, sentía que no eran un matrimonio normal.

«Puede que no sea más que un burro», pensaba, «pero estoy seguro de que hay algo muy diferente en mis nuevos amos que hace que no sean corrientes».

Al llegar a Belén, como no encontraron sitio en ninguna posada tuvieron que refugiarse en un establo maloliente. El burro no fue bien recibido, los animales que vivían en el lugar se mostraron sumamente antipáticos, burlándose de su aspecto.

La joven estaba embarazada y el niño nació alrededor de la medianoche. Poco tiempo después llegó una multitud de pastores de los campos vecinos, que comenzaron a hacer reverencias al recién nacido, tratándole como si fuera un rey. Los demás animales se enfadaron mucho, diciendo que aquella familia no era más que un grupo de mendigos, que no tenían otra cosa mejor que un estúpido burro.

El burro, molesto por sus comentarios, decidió sumar su voz a la de aquellos pastores, rebuznando lo mejor que supo: «¡Hosanna! ¡Bienvenido, Señor! Yo sé que tú eres esas cosas y mucho más».

«No seas estúpido», le cortó un perro, «¿cómo es posible que un bebé como ése sea el Mesías Jesús? ¡Ni siquiera tiene una ropa decorosa!»

«Porque es verdad», replicó el burro. «Estoy seguro. Lo siento en mis huesos. Sé que este niño es nuestro Salvador. Sencillamente lo sé. ¡Lo sé!».

Treinta años después, el animal todavía recordaba aquella noche, cuando lo llevaron a la entrada de Jerusalén, donde había una gran muchedumbre. Allí, un hombre, aquel pequeño niño, Jesús, se subió encima y entró en la ciudad, mientras la multitud lo aclamaba dando vítores y agitando ramos de palmera: «¡Hosanna! ¡Dios bendiga al rey que viene en nombre del Señor!»

Varios animales miraban con envidia al humilde animal que parecía haberse convertido en el centro de atención: «¿Por qué nuestro Salvador y Rey ha escogido montar un burro?», le pregunto un caballo a otro. «¿No somos nosotros mucho más inteligentes, y más respetables que ese ridículo animal?»

El burro seguía avanzando, feliz de llevar a su precioso viajero. A cada paso asentía con la cabeza, como mostrando su acuerdo con todo lo que gritaban. Y se repetía para sus adentros: «¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía!»

AntAnteriorDon Carnal y Doña Cuaresma
EL PALMERAL

Parroquia Nuestra Señora del Carmen (Málaga)

  • Calle Plaza de Toros Vieja, 23
    29002 Málaga
  • +34 952 311 647

Síguenos en Facebook: 

Facebook Twitter Instagram

Diseño: ParroquiaWeb