Hace muchos años, un hombre enviudó y quedó a cargo de sus dos hijas.
Las dos niñas eran muy curiosas, inteligentes y siempre tenían ansias de aprender. Constantemente invadían a preguntas a su padre, para satisfacer su hambre de querer saber. A veces, su padre podía responderles sabiamente, sin embargo, las preguntas de sus hijas le impedían darles una respuesta correcta o que convenciera a las pequeñas.
Viendo la inquietud de las dos niñas, decidió enviarlas de vacaciones a convivir y aprender con un sabio, que vivía en lo alto de una colina. El sabio era capaz de responder a todas las preguntas que las pequeñas le planteaban, sin ni siquiera dudar.
Sin embargo, las dos hermanas decidieron hacerle una trampa al sabio, para medir su sabiduría. Una noche, ambas comenzaron a idear un plan: proponerle al sabio una pregunta que éste no fuera capaz deresponder.
Entonces, una de ellas apareció con una linda mariposa azul que usaría para engañar al sabio.
“¿Qué vas a hacer?”-
Preguntó la hermana, a lo cual le respondió:
“Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta”
“Si él dijese que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva la apretaré y la aplastaré.
Y así, cualquiera que sea su respuesta, ¡Será una respuesta equivocada!”
Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.
-“Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio ¿está viva o muerta?”
Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:
“Depende de ti… Ella está en tus manos.”