Había una vez una niña que se llamaba María. Vivía al borde de un río. La casa de María estaba entre dos colinas.
Sobre una colina estaba el Pueblo Verde y sobre otra colina estaba el Pueblo Azul.
Los niños de Pueblo Verde lo pasaban muy bien. Los que no lo pasaban tan bien eran sus animales por el maltrato que recibían.
Los niños de Pueblo Azul vivían muy contentos. Las que no vivían nada de contentas eran las plantas, porque las cortaban y pisaban.
Además, los niños de Pueblo Verde no eran amigos de los de Pueblo Azul, ni los niños de Pueblo Azul eran amigos de los de Pueblo Verde.
María vivía entre los niños verdes y los niños azules. Era amiga de los animales y de las plantas, pero también quería ser amiga de los niños azules y de los niños verdes.
Los niños de Pueblo Verde no la querían, porque no era verde…y los niños de Pueblo Azul no la querían, porque no era azul. María lo había intentado todo, pero nada le había dado resultado…aquellos niños no querían ser sus amigos.
María se sentía cada día más sola…Un día llegó a llorar tanto que sus propias lágrimas la borraron y se volvió invisible…
Como era invisible, tanto los niños del Pueblo Azul como los del Pueblo Verde no se daban cuenta de su presencia, y María estaba con ellos y les estropeaba las trampas que preparaban para cazar a los animales y protegía el crecimiento de las plantas.
María también pasaba muchos ratos con los niños del Pueblo Azul, y sin que se dieran cuenta les estropeabatodas las armas que tenían preparadas para atacar al Pueblo Verde.
Puesto que María conseguía todas las trampas de los niños del Pueblo Verde, éstos tuvieron que inventarse otros juegos para distraerse. María procuraba que los nuevos juegos no fuesen tan salvajes y así empezaron a jugar con los animales y a cuidarlos.
Los del Pueblo Azul por no aburrirse inventaron otras actividades y así fue como empezaron a cuidar las plantas.
Después de algún tiempo empezaron a interesarse por los juegos de los demás; pensaron que quizás jugar con ellos sería más divertido que pelearse y así fue como que las niñas y niños del Pueblo Verde y del Pueblo Azul se hicieron amigos y jugaron juntos en el valle.Aquel mismo día María dejó de ser invisible y estuvo muy contenta porque tenía muchos amigos y a nadie le importó que no fuera de su pueblo.