Un maestro que no dé ejemplos de lo que enseña tiene pocas posibilidades de ser comprendido e imitado. El cristiano que desee convencer a los demás solamente con sus palabras, está expuesto a que su enseñanza no sea útil. Porque la mejor predicación, como dice la sabiduría popular, es el buen ejemplo. Como vivamos seremos evaluados, por los hombres y por Dios.
Dios es Padre misericordioso en grado infinito. Está dispuesto a perdonar siempre, por muy grandes que sean nuestras infidelidades. No tengamos, pues, nunca miedo de