Quienes triunfan ante Dios no son los más guapos. Ni los más ricos. Ni los más sabios. Los que están más cerca de Él son los que saben reconocer sus limitaciones. Los que no se enorgullecen de sus talentos, sino que los ponen al servicio de las demás. Porque no son propiedad suya, sino que les han sido cedidos gratuitamente.
Mucho ruido encontramos en nuestras vidas. Proviene del exterior, pero también de nuestro interior. Y tanto ruido impide que escuchemos lo que realmente interesa: a