¿Qué somos? Si buscamos parecernos a los que nos han dado testimonio de su fe, diremos que poca cosa. Pero si realmente estamos dispuestos a ser humildes, lo primero que debemos hacer es auto convencernos de que nada somos. Lo que sepamos, tengamos o valgamos no nos pertenece porque nos ha sido otorgado gratuitamente. Y no nos lo merecíamos. Porque no somos dignos de ello.
Cuando obramos en conciencia, siguiendo los dictados del Señor, adquirimos las fuerzas suficientes para ser firmes y no tener miedo a lo que puedan hacer