Nuestra conversión ha de ser permanente. Estamos bautizados y, por ello, llamados a vivir conforme se nos indica en el Evangelio: amar a Dios y al prójimo, pues éste es el mandato de Jesús. En definitiva, hacer el bien a todos y en todo lugar. También a nosotros mismos, siendo humildes, sinceros, limpios de corazón, generosos y abiertos al Espíritu. El Reino de los Cielos está en el corazón de los que creen en Cristo y son fieles a Él.
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Puede que a veces nos sintamos cansados de repetir las oraciones del rosario o que nos parezca su rezo algo
La esencia del cristianismo está en imitar al Señor Jesucristo, que es la Verdad auténtica. Y a Él solamente se
Resulta fácil dormirse cuando tenemos ante nosotros tareas de ayuda a los hermanos o de mejora de nuestro vivir como
La fuerza interior, si está dirigida desde el Señor, nos lleva a construir, paso a paso, pero sin desmayo. Lo
Hacer el bien es saludable, pero no lo es tanto si lo hacemos para que nos vean, lo reconozcan y
Sí, el guardián que nos ha sido asignado personalmente por el Señor está siempre a nuestro lado y nos acompaña