Así como durante la Cuaresma hemos acompañado a Jesús en su camino de la cruz con el rezo del vía crucis como más razón os invitamos ahora durante este Tiempo de Pascua, a celebrar la realidad de la Persona de Jesús tal como ahora está: resucitado y repleto de luz.
Con 14 estaciones acompañaremos a Jesús en su triunfo con un texto del evangelio y una meditación escrita por José Luis Martín Descalzo.
Primera Estación
Jesús, resucitado conquista la vida verdadera
Mt 28, 1-6:
Pasado el sábado, ya para amanecer el día primero de la semana, vino María Magdalena con la otra María a ver el sepulcro. Y sobrevino un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo y acercándose removió la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella.
Era su aspecto como el relámpago, y su vestidura blanca como la nieve. De miedo de él temblaron los guardias y se quedaron como muertos. El ángel, dirigiéndose a las mujeres, dijo:
No temáis vosotras, pues sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí; ha resucitado, según lo había dicho. Venid y ved el sitio donde fue puesto.
ORACIÓN
Gracias, Señor, porque al romper la piedra de tu sepulcro
nos trajiste en las manos la vida verdadera,
no sólo un trozo más de esto que los hombres llamamos vida,
sino la inextinguible, la zarza ardiendo que no se consume,
la misma vida que vive Dios.
Gracias por este gozo, gracias por esta Gracia,
gracias por esta vida eterna que nos hace inmortales,
gracias porque al resucitar inauguraste la nueva humanidad
y nos pusiste en las manos esta vida multiplicada,
este milagro de ser hombres y más,
esta alegría de sabernos partícipes de tu triunfo,
este sentirnos y ser hijos y miembros de tu cuerpo
de hombre y Dios resucitado.