Duodécima Estación
Jesús entrega a Pedro el pastoreo de sus ovejas
Jn 21, 15-17:
Cuando terminaron de comer, dice Jesús a Simón Pedro: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres más que éstos? Le responde: —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dice: —Apacienta mis corderos. Le pregunta por segunda vez: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Le responde: —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dice: —Apacienta mis ovejas. Por tercera vez le pregunta: —Simón hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le dijo: —Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Jesús le dice: —Apacienta mis ovejas.
ORACIÓN
Aún nos faltaba un gozo:
descubrir tu inédito modo de perdonar.
Nosotros, como Pedro,
hemos manchado tantas veces tu nombre,
hemos dicho que no te conocíamos,
hemos enrojecido ante el «horror»
de que alguien nos llamará «beatos»,
nos hemos calentado al fuego de los gozos del mundo.
Y esperábamos que, al menos,
tú nos reprenderías para paladear
el orgullo de haber pecado en grande.
Y Tú nos esperabas con tu triste sonrisa para preguntar sólo;
«¿me amas aún, me amas?»,
dispuesto ya a entregarme tu rebaño y tus besos,
preparado a vestirnos la túnica del gozo.
¡Oh Dios, ¿cómo se puede perdonar tan de veras?
¿Es que no tienes ni una palabra de reproche?
¿No temes que los hombres se vayan de tu lado
al ver que se lo pones tan barato?
¿No ves, Señor, que casi nos empujas a alejarnos de ti
solo por encontrarnos de nuevo entre tus brazos?