En el reino de los persas, san Maruta, obispo, que, al establecerse la paz de la Iglesia, presidió el concilio de Seleucia, reparó las iglesias destruidas durante la persecución bajo el rey Sapor y colocó las reliquias de los mártires de Persia en la ciudad episcopal, la cual recibió en aquella ocasión el nombre de Martirópolis (antes de 420). Fue gran taumaturgo y es doctor de la Iglesia Oriental.
Otros santos del día:
• En la Campania, santa Juliana, virgen y mártir.
• En Cesarea de Palestina, santos mártires Elías, Jeremías, Isaías, Samuel y Daniel, cristianos egipcios que, por haber servido a los confesores condenados a las minas, fueron apresados por el prefecto Firmiliano, en tiempo de Galerio Maximiano, y, después de duros tormentos, fueron degollados. Tras ellos fueron martirizados Pámfilo, presbítero, Valente, diácono de Jerusalén, y Pablo, oriundo de la ciudad de Iamnia, que habían permanecido dos años en la cárcel, así como Porfirio, siervo de Pámfilo, además de Seleuco, capadocio que ostentaba un grado en la milicia, y Teódulo, anciano de la familia del prefecto Firmiliano. Finalmente, el capadocio Julián, llegado como peregrino en aquel momento, fue denunciado como cristiano por haber besado los cuerpos de los mártires y, por orden del prefecto, quemado a fuego lento († 309).
• En Borgo San Pietro, en el Abruzo, región de Italia, beata Filipa Mareri, virgen, que, despreciando las riquezas y el fasto mundano, abrazó la forma de vida de santa Clara, recientemente establecida en aquella región († 1236).
• En Perusa, de la Umbría, también en Italia, beato Nicolás Paglia, presbítero de la Orden de Predicadores, que recibió de santo Domingo el hábito y la misión de predicar († 1256).
• En Hiroshima, en Japón, beato Francisco Toyana Jintaró, mártir (1624).
• En Nápoles, ciudad de la Campania, región de Italia, beato Mariano Aceiro, presbítero, que, dotado de una profunda cultura teológica, bíblica y humanística, se dedicó con gran celo apostólico a la evangelización de este territorio, por medio de la predicación constante y a través de la enseñanza a los niños y adultos pobres y contribuyó eficazmente a la renovación y dignidad del clero († 1788).
• En Turín, en Italia, beato José Allamano, presbítero, que, lleno de fervor, para propagar la fe cristiana fundó las congregaciones de hombres y de mujeres denominadas de las Misiones de la Consolata († 1926).
(Del Martirologio Romano)