San José Sebastián Pelczar nació en 1842, en Korczyna, pequeña ciudad polaca, en una familia piadosa. Siendo estudiante tomó la decisión de entregar su vida al servicio de Dios. Fue ordenado sacerdote en 1864. Estudió en Roma y, de regreso a su patria, fue profesor en el seminario y en la universidad, llegando a ser rector. Era un hombre culto, organizador y buen trabajador social y caritativo. Participó en actividades de promoción cultural y social y creó una sociedad para ayudar a los artesanos, los pobres, los huérfanos y las empleadas del servicio doméstico. En 1894 fundó en Cracovia la Congregación de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús. Nombrado obispo de Przemysl en 1899, fue un celoso trabajador preocupado por el bien de las almas a él confiadas. Visitaba frecuentemente las parroquias y se preocupaba por el bien espiritual e intelectual del clero. Fue ejemplo de profunda piedad a la devoción del Sagrado Corazón de Jesús y a la Madre de Dios. Aumentó el número de iglesias, restauró templos y realizó tres sínodos diocesanos. Preocupado también por el bien material de sus fieles, rodeaba de cuidados a los más pobres de su diócesis, creó guarderías para los niños, comedores populares, refugios para los que no tenían casa y daba formación a las jóvenes. Se compadecía de las injusticias sociales y contribuía con su palabra y sus hechos a que la doctrina social del papa León XIII fuera respetada íntegramente. Murió en 1924 y en la memoria de sus diocesanos quedó como hombre de Dios que cumplió siempre la voluntad divina. San Juan Pablo II lo canonizó en 2003.
Otros santos del día:
• En Tarso, de Cilicia, en la actual Turquía, san Castor, mártir.
• Conmemoración de los santos mártires Prisco, Malco y Alejandro, los cuales, durante la persecución bajo el emperador Valeriano, vivían en una pequeña granja cerca de Cesarea, en Palestina, y sabiendo que en la ciudad se les ofrecían celestiales coronas de martirio, inflamados del ardor divino de la fe, espontáneamente se presentaron al juez y le reprocharon que se ensañase tanto con la sangre de los santos, y él, inmediatamente, los entregó a las fieras para que los devorasen († 260).
• En Heliópolos, de Fenicia, hoy en el Líbano, san Cirilo, diácono y mártir, que bajo el emperador Juliano Apóstata sufrió un cruel martirio († hacia el año 362).
• En Alejandría, en Egipto, san Proterio, obispo, que el Jueves Santo, en un tumulto popular, fue cruelmente asesinado por los monofisitas, seguidores de su predecesor Dióscoro († 454).
• En Chalons, de Burgundia, en Francia, sepultura de san Gountrán, rey de los francos, que destinó sus tesoros a las iglesias y a los pobres († 593).
• En el monte Olimpo, en Bitinia, hoy en Turquía, san Hilarión, hegúmeno del monasterio de Pelecete, que luchó valerosamente por el culto de las santas imágenes († s. VIII).
• En el monasterio de Císter, en Borgoña (hoy Francia), san Esteban Harding, abad, que junto con otros monjes vino de Molesmes y, más tarde, estuvo al frente de este célebre cenobio, donde instituyó a los hermanos conversos, recibió a san Bernardo con treinta compañeros y fundó doce monasterios, que unió con el vínculo de la Carta de Caridad, para que no hubiese discordia alguna entre ellos, sino que los monjes actuasen con unidad de amor, de Regla y con costumbres similares († 1134).
• En Naso, cerca de Mesina, en Sicilia, Italia, san Conón, monje, que al regreso de una peregrinación a los Santos Lugares encontró difuntos a sus padres y, distribuyendo su hacienda familiar entre los indigentes, abrazó la vida de anacoreta, según la disciplina de los monjes orientales († 1236).
• En Monticiano, cerca de Siena, en la Toscana, región de Italia, beato Antonio Patrizi, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que fue verdadero amador de los hermanos y del prójimo († hacia el año 1311).
• En Tours, en Francia, beata Juana María de Maillé, que, al morir su esposo en la guerra, quedó reducida a la miseria y, arrojada por los suyos de casa, vivió abandonada de todos en una celda como una reclusa, junto al convento de los Menores, mendigando el pan, abandonada totalmente en Dios († 1414).
• En York, en Inglaterra, beato Cristobal Wharton, presbítero y mártir en tiempo de la reina Isabel I, ajusticiado por ser sacerdote († 1600).
• En Anjou, en Francia, beata Renata María Feillatreau, mártir, que, estando casada, durante la Revolución Francesa fue decapitada por su fidelidad hacia la Iglesia católica, († 1794).
• En Przemysl, en Polonia, san José Sebastián Pelczar, obispo, fundador de la Congregación de las Esclavas del sagrado Corazón de Jesús y maestro insigne de la vida espiritual († 1924).
• En Asunción (Paraguay), beata María Felicia de Jesús Sacramentado Guggiari Echeverría, religiosa profesa de la Orden de las Carmelitas Descalzas († 1959).
(Del Martirologio Romano)