Dicen que existen tantas verdades como personas hay. En esta sociedad donde el relativismo y el egoísmo parecen dominarlo todo, son necesarios creyentes dispuestos a defender su fe, aunque ésta sea rechazada por la mayoría. Porque la verdad es una sola, y prevalece pese a que la mayoría de los que la niegan se esfuercen por destruirla. La verdad nos conduce a vivir con mayor compromiso nuestra fe y a no temer la oposición de quienes no creen.

La auténtica sabiduría se consigue estando abiertos a escuchar las razones del otro, en silencio, sin imponer las nuestras. Aunque





