Señor, gracias por tu muerte y resurrección. Gracias porque has cargado con nuestras debilidades, liberándonos de ellas. Gracias por tu misericordia, que permanentemente perdona nuestras traiciones. Gracias porque nos has llenado de amor. ¡Ayúdanos a vivir la alegría de la Pascua y a mantener viva la esperanza en la salvación que nos has prometido!

Foto: J. Serrano Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo Inmaculada Concepción (Lucas 1, 26-38) Las llamadas





