Dicen que existen tantas verdades como personas hay. En esta sociedad donde el relativismo y el egoísmo parecen dominarlo todo, son necesarios creyentes dispuestos a defender su fe, aunque ésta sea rechazada por la mayoría. Porque la verdad es una sola, y prevalece pese a que la mayoría de los que la niegan se esfuercen por destruirla. La verdad nos conduce a vivir con mayor compromiso nuestra fe y a no temer la oposición de quienes no creen.
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No puede llamarse caridad si lo que hacemos a los demás es para satisfacer nuestros propios deseos, intereses o afinidades
Son las personas, con sus necesidades, defectos y virtudes, a las que debemos servir, como consecuencia de haber recibido la
Cuando nos ponemos realmente a disposición de Cristo, porque hemos comprendido que Él es nuestra razón de existir, no debemos
A menudo, nuestra lengua y nuestro comportamiento se muestran muy rápidos en enjuiciar lo que hacen los otros. Poca misericordia
Si realmente sentimos que somos creyentes, estamos obligados a hacer partícipes de nuestra fe a los demás. No debo apropiarme
Desde la humildad y el sometimiento total a la voluntad de Dios, María nos marca el camino que hemos de